En los últimos meses, se ha desatado todo un debate sobre el impacto que la IA podría tener en la creatividad, el trabajo y la sociedad en general. Se plantean interrogantes sobre si la IA generativa aumentará la productividad, nos ahorrará tiempo y contribuirá a una vida más saludable y feliz, o si podría llevar a la desaparición masiva de empleos y a situaciones al estilo de Terminator, donde una IA dominante nos controle.
Adam Singolda, CEO de Taboola, afirma que la innovación tecnológica, incluida la IA generativa, es inevitable y está en camino de transformar varias industrias y la naturaleza misma de la creatividad. Además, dice que “se espera que esta tecnología se vuelva tan presente en los hogares como asistentes virtuales ya conocidos, como Siri y Alexa. Hasta figuras influyentes como George Lucas, el director de Star Wars, han reconocido el potencial de la IA generativa en el futuro, llegando a prever que los chicos puedan querer robots impulsados por IA como regalos navideños”.
A medida que la sociedad enfrenta cuestiones importantes en áreas como ciencia, atención médica y política, tecnologías como ChatGPT presentan desafíos significativos. La preocupación no radica tanto en si los niños interactúan con robots, sino más bien en el contexto en el que estos robots fueron entrenados. Los motores de lenguaje que impulsan la IA no son en sí mismos lo más importante; lo que realmente importa es la calidad de los datos en los que se basa el entrenamiento. Estos datos únicos marcan la diferencia entre resultados positivos y negativos, seguros y riesgosos.
“Para ilustrar esto, se puede considerar el caso de las aplicaciones de navegación por mapas, donde el uso de datos únicos de conductores puede llevar a decisiones más acertadas en cuanto a rutas. De manera similar, la eficacia de la tecnología generativa radica en su entrenamiento con conjuntos de datos específicos y su adaptación a contextos particulares”, explica Singolda.
Un aspecto crucial es la calidad de los datos de entrenamiento. Los modelos de lenguaje basados en IA generativa aprenden a generar conversaciones a partir de una amplia variedad de fuentes web, anticipando las palabras siguientes con base en patrones observados en los datos. Esto es comparable a un espejo retrovisor perfecto. A través de técnicas como el aprendizaje de refuerzo con retroalimentación humana (RLHF), la IA generativa puede crear diálogos completos, lo que recuerda a la función de “autocompletar” de Google.
Si bien la IA generativa muestra avances notables, aún no es perfecta. Sin embargo, es capaz de redactar contenido, como fragmentos de código Java para ciertas ideas. Aunque la información generada puede contener errores, tanto humorísticos como dañinos, los editores de noticias juegan un papel vital. Estos profesionales cuentan con mecanismos para garantizar la precisión de la información, contrastando y verificando la veracidad de los datos. Su experiencia y dedicación los convierten en una fuente confiable en contraposición a la información de influencers de plataformas como TikTok.
En conclusión, Adam Singolda se muestra optimista en cuanto al futuro de la IA generativa y su impacto en la vida de las personas, especialmente los niños. “La interacción con robots basados en IA generativa será cada vez más común y la contribución de editores de noticias excepcionales será fundamental para garantizar la precisión y la calidad en la información que circula en esta nueva era tecnológica”.