Según estudios del BID, es clave ir más allá y no limitar los esfuerzos solamente en las prácticas de gestión de residuos
Cuando hablamos de economía circular, nos referimos al enfoque económico y empresarial que busca maximizar la utilización de los recursos, minimizar los residuos y fomentar la sostenibilidad alrededor de los productos que se ofrecen
De acuerdo con el estudio Desbloqueando el financiamiento de la economía circular en América Latina y el Caribe: el catalizador para un cambio positivo, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en el que se dan a conocer las claves que deben tener en cuenta entidades públicas como privadas para avanzar en la implementación de la economía circular; se afirma que, con frecuencia, los esfuerzos se limitan solamente en las prácticas de gestión de residuos (reciclaje, logística, etc.)
Sin embargo, las organizaciones, en aras de alcanzar las metas propuestas frente a la implementación y desarrollo de una economía circular, deberán establecer un plan de trabajo específico para alcanzarlas. Para esto, es necesario integrar una visión más amplia de valor, con nuevos formatos de evaluación de riesgos, pensamiento a largo plazo y esfuerzos de colaboración. Esto exige una estrategia del modelo de negocio para idear nuevas oportunidades y soluciones.
“La gran mayoría de empresas supone que una alternativa rápida para alcanzar la economía circular en el entorno operativo, es reemplazar las máquinas o dispositivos que ya no funcionan de forma correcta. Sin embargo, en muchas ocasiones podemos hacer más con menos, y este es uno de los ejes fundamentales desde Schneider Electric, pues estamos preparados para poder asesorarlos en cómo encontrar soluciones que permitan reducir el consumo de recursos, en este caso de energía y así generar ahorros en costos”, afirma Luis Cuevas, Director de servicios para el Clúster Andino, en Schneider Electric.
Ante el desconocimiento de este proceso al interior de las organizaciones, Schneider Electric, empresa de tecnología líder en automatización y gestión energética, explica cuál es el proceso más eficiente para trabajar por una economía circular, reduciendo las emisiones de carbono y alcanzando los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en el negocio:
•Detectar los equipos antiguos o con fallas: El envejecimiento de los equipos industriales y eléctricos pone cada día en riesgo la continuidad de los negocios. Por esto, los expertos en servicios consideran que para ser más costo eficientes, no es necesario cambiar por un equipo o dispositivo nuevo, sino para lograr la circularidad y la reparabilidad es necesario buscar una solución que permita extender su vida útil.
•Cálculo de emisiones: Gracias a los servicios que brinda EcoFit, las organizaciones pueden calcular las emisiones que emiten cada uno de los equipos de su organización y así analizar si es mejor hacer un cambio por complejo o reparar.
•Digitalización: Considerando que el 65% de las empresas del mundo no se encuentran digitalizadas en cuanto a su infraestructura operativa, contar con un modelo ‘as a service’ está permitiendo democratizar el acceso a la tecnología mediante servicios dinámicos y escalables que potencian los negocios, reduciendo costos de implementación.
•Reciclaje o recuperación: Los equipos eléctricos son indispensables en la operación de las diferentes industrias. Es por esto que darle una segunda oportunidad a, por ejemplo, celdas de media tensión, contribuirá a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
A decir verdad, los enfoques de la circularidad no solamente se basan en que los recursos no acaben como residuos, sino que, mediante una correcta consultoría del proceso, las organizaciones pueden prolongar la vida útil de los equipos existentes evitando la fabricación de nuevos, con el consiguiente ahorro de agua, materias primas y CO2.
Además, esto favorece el desbloquear oportunidades para un entorno empresarial más próspero, en un contexto donde en América Latina y el Caribe, según datos de las Naciones Unidas, el abarcar este tipo de proceso brindaría un incremento neto de 4,8 millones de puestos de trabajo.